Muchos quienes aceptan una buena cantidad de efectivo por adelantado nunca conocerán los beneficios de pensar a largo plazo ". El Internet niveló el terreno de juego, los artistas pueden elegir tomar el camino DIY, y las ventajas de tener un sello discográfico se redujeron a sus contactos y capital. Ambos son valiosos, ¿cómo tomar ventaja sin vender tu alma? Piensa a largo plazo. Un artista o banda hizo canciones increíbles, y lograron llamar la atención de una disquera, se sientan en la mesa a negociar y la historia se repite: la disquera pide la propiedad de los masters y una participación de todos los canales de ingresos, incluyendo aquellos que no tienen relación con la música, hasta que los costos hayan sido recuperados (también conocido como contrato 360). ¿Hay forma de romper este círculo vicioso?
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El codificador/ decodificador de MP3 fue desarmado, re-armado, y liberado como freeware. Dos emprendedores jóvenes vieron una oportunidad para mover la música hacia adelante a un mercado digital, pero la vida tenía otros planes. Disfruten este post, el último en la serie en la que exploramos la histria de la música digital. NapsterEn 1999, tan solo dos años tras el incidente que liberó el encriptado de MP3 como freeware, Shawn Fanning, de 19 años, estaba frustrado por las dificultades de buscar música en internet, que consistía básicamente en búsquedas regulare en buscadores.
Shawn tuvo la idea de construir un programa basado en el protocolo peer-to-peer, que consolidaría la búsqueda y descarga de los archivos de música de los usuarios usando un servidor centralizado. Los discos compactos contienen archivos digitales que pueden ser leídos ("reproducidos") como música, el sonido ya era una colección de unos y ceros, el tema era el tamaño. Un equipo de investigadores Alemanes, el Internet, un hacker, y un par de emprendedores después, y la música emprendió un viaje increíble que nos trajo al día de hoy. El tamaño importaConvertir música a un formato digital fue un éxito, las ventas de discos compactos florecían, y su adopción en el mercado fue casi ubicua. Ahora los 1980s estaban aquí, y con ellos vino el Internet y sirvió como catalizador para cambiar otra vez.
La música comenzó libre de cualquier formato físico hasta que Edison logró encapsularla en un cilindro de cera, que después evolucionó a discos de shellac, y nos acostumbramos a comprar objetos que contenían la música. Hoy la música es digital, y dado que lo digital puede ser consumido en virtualmente cualquier dispositivo con acceso a internet, la música es libre una vez más. Es un ciclo completado que difícilmente puede calificarse como cerrado, con un futuro incierto. ¿Cómo llegamos aquí? Unos, ceros, y discos compactosTodo empezó, como generalmente sucede, en otro campo al parecer sin relación con la música: Telecomunicaciones.
Las llamadas transatlánticas requerían cables, pero se rompían constantemente por los movimientos de la Tierra y los continentes. Era caro, pero era necesario, así que buscaron la forma de hacerlo más barato, y el primer acercamiento fue el meter más llamadas en el mismo cable, y fue así, sin saberlo, que comenzó la carrera hacia la música digital. Sellos y artistas tienen acceso a las mismas herramientas. ¿Por qué debería un artista considerar firmar un trato con una disquera? Es casi una pregunta filosófica, y depende de lo que están tratando de lograr, y de cuánto de su tiempo y recursos están dispuestos a invertir en el proyecto. Es una cuestión de compromiso. Este no es un análisis exhaustivo, es un post con el objetivo de proveer suficiente claridad para, al menos, detonar la curiosidad en el lector para que indague más profundamente antes de comenzar a negociar cualquier tipo de trato. Hágalo usted mismo (Do it yourself, DIY)El artista puede, y a veces lo hace, tomar las riendas de su negocio completamente. ¿Vale la pena? ¿Es efectivo? Depende. ¿Qué es lo que el artista busca? ¿Qué es lo que están dispuestos a dar a cambio?
Hay un modismo anglosajón que se usa para referirse a un tema, pregunta, o situación controversial de gran importancia que es obvio, o del que todos están enterados, pero que nadie quiere discutir: “an elephant in the room”, “un elefante en la habitación”. La denominada “muerte de la industria musical” es percibida por algunos como uno de estos elefantes, pero claramente no lo es, porque, bueno, TODO el mundo está constantemente hablando de ella. Desde que la tecnología permitió que la música fuera capturada, hemos visto diversos ejemplos de cambios en la industria que para algunos fueron evidencia de estar viviendo el fin definitivo de la industria musical, “los bárbaros están en las puertas.” Era el fin, supuestamente, pero de alguna forma la música sigue sonando. Para poder cambiar algo, primero hay que comprenderlo, y el paso que daremos en esa dirección es presentarles a ese supuesto “elefante en la habitación” en forma de los seis ejemplos más representativos en los que la industria musical ha estado supuestamente sentenciada a muerte, y tratar de comprenderlos desde un punto de vista menos subjetivo. Por simplicidad, todos los ejemplos elegidos vienen del mercado musical más grande del mundo, de E.U.A. Acto I: Máquinas parlantes A finales del siglo XIX, Thomas Edison inventó el primer aparato mecánico capaz de capturar y reproducir sonido: el Fonógrafo, y, siendo Edison, lo colocó en anaqueles cuanto antes (para 1899, Estados Unidos había producido 151,000 fonógrafos). Él ni siquiera estaba pensando en música originalmente, su concepto original era una máquina para tomar dictado, y el Fonógrafo terminó convirtiéndose en el favorito personal de sus inventos. Esta fue la primera vez que pudimos capturar sonido en un formato físico, antes del fonógrafo de Edison solo se podía escuchar música si una persona estaba tocando o cantando en vivo. Viajamos a 1906, donde “El rey de la marcha” John Phillip Sousa, se opuso contundentemente a la música grabada, a sustituir a seres humanos (músicos) con máquinas, y así lo expresó en su ensayo “La amenaza de la música mecánica,” donde escribió Estas máquinas parlantes arruinarán el desarrollo artístico de la música en este país. Poco después, en los 20s llega la radio comercial, y entre el fonógrafo y la radio, una perspectiva generalizada era preguntarse “¿Quién va a querer ir a ver espectáculos en vivo si el público tiene la opción de consumir música de forma práctica y recurrente en estos aparatos personales?“ La industria musical está muerta. Pero el tiempo pasó, y ya asentadas las aguas podemos ver claramente tanto el valor de contar con un formato físico para capturar sonido, como el valor de la radio como aliado invaluable para disqueras y artistas, así como una fuente de ingresos importante para la industria en general. Acto II: Radio y discos, felices para siempre Eventualmente a alguien se le ocurrió que reproducir música grabada en la radio en vez de presentar músicos en vivo ofrecía varias oportunidades prácticas. Las disqueras, obviamente, estaban encantadas con la idea, pero los sindicatos de músicos gritaron foul y es que ¿entonces qué se supone que hagan los músicos sin el ingreso de las presentaciones en vivo al aire? Entonces los discos van a sustituir a los humanos en estos aparatos infernales a los que nos opusimos desde un principio. Teníamos razón, y ahora la industria musical está muerta. Pero de nuevo, una vez que se asentaron las aguas, pudimos observar cómo las actividades derivadas de los procesos de grabación se convirtieron en una fuente más de ingresos que consolidaron la participación de músicos de sesión y estudios de grabación como parte fundamental de la industria, situación que sigue vigente hasta hoy en día. Pero en ese momento la batalla estaba lejos de terminar, de hecho, lo peor estaba aún por venir, porque lo que transpiró de transmitir música grabada, sumado a pagos muy bajos de regalías a los artistas, resultó en una huelga que duró dos años durante la cual ningún músico sindicalizado grabó material nuevo en absoluto. Acto III: La huelga Capitol records ignora la huelga y trata de capitalizar la recién formada relación entre sellos y estaciones de radio, enviando copias gratuitas de sus discos a las estaciones como recurso promocional. Ahora, evidentemente las disqueras estaban demasiado confiadas, percibieron la huelga como una amenaza vacía, un bluff, y seguramente pensaron tener la sartén por el mango porque tenían suficiente material inédito para aguantar el tiempo que fuera necesario, ¿o no? Los sindicatos de músicos mostraron estoicismo de verdad y soportaron por dos años completos. La huelga inició en 1942 y duró más de lo que se hubiera imaginado, hasta 1944, y no se grabó nada de música nueva durante este lapso. El material inédito de las disqueras obviamente se agotó. Re-lanzar hits previos funcionó por un tiempo, algunos sellos escarbaron hasta 1925, y al parecer no había nada más que hacer. Así que los músicos estaban dispuestos a llevar las cosas a los extremos, y las disqueras no querían ceder… Ahora la industria musical de verdad ya está muerta. Bueno, algunos lograron mantenerse a flote, como Columbia, que en 1939 lanzó “All or nothing at all,” de Harry James, incluyendo a un cantante nuevo y desconocido acreditado en tipografía pequeña de nombre Frank Sinatra. Durante la huelga, el 1942, Columbia re-lanza el sencillo, ahora que Sinatra gozaba de fama mundial, y lo presentaron al público como una canción de Sinatra, con Harry James y su orquesta acreditados en tipografía pequeña esta vez. El lanzamiento fue un hit. En otra instancia, una canción lanzada en 1931 por RCA records, “As time goes by,” fue incluida en el score de la película Casablanca en 1942. Aprovechando la inercia del éxito en taquilla, RCA re-lanza el sencillo y ese mismo año se vuelve un hit. Si algo nos ha enseñado la historia de la evolución es, que la vida no puede contenerse, la vida se libera, se extiende a través de nuevos territorios, irrumpe las barreras dolorosamente, incluso, peligrosamente…” Hubo también una evolución incidental digna de mencionarse, algo que probablemente nadie vio venir, una especie de accidente que rompió todo lo que se dio por hecho. Siguiendo los pasos de Capitol, las disqueras independientes comenzaron a enviar los discos de sus artistas a estaciones de radio más pequeñas y locales, los géneros eran menos conocidos, como el Blues y el Country. Estos músicos no estaban sindicalizados, y los géneros eran ignorados por la audiencia, pero por la huelga, las opciones se limitaron y la gente comenzó a poner atención. Aquí fue concebido el rock and roll, aquí es donde la revolución del rock and roll de los 50s comenzó a cocinarse. Estas disqueras independientes y más pequeñas son, también incidentalmente, el factor que consolidó la fuerza que BMI conserva hasta el día de hoy. Acto IV: Hippies 1969. Woodstock. Tres días de un festival de música y arte, 32 actos presentados, lodo, lluvia, leyendas de 2 bebés nacidos y 2 personas fallecidas, complots políticos, y el caso más severo que haya escuchado de vecinos incómodos con un evento, porque, bueno, los organizadores le aseguraron a las autoridades que no llegarían más de 50,000 personas, y llegaron más de 400,000. Piensa en esto la próxima vez que comiences a molestarte porque los hijos de tus vecinos están teniendo una fiesta. Con la renuncia a la sociedad, la cultura de las drogas, el amor libre -- y, básicamente, “todo” libre --, Woodstock perdió dinero. Este fue el evento musical más grande hasta el momento, y no fue redituable. Si no les alcanza para un corte de pelo, ¿cómo van a pagar discos y entradas a conciertos? ¿Lo ves? No hay dinero en la música. La industria musical está realmente muerta. Ok, así pudo haber sido percibido en ese momento, pero podemos indagar tan solo un poco más allá de la superficie, y encontrar fácilmente la razón, probablemente la más importante, de que Woodstock haya perdido dinero, Todo tuvo que ver con las opciones presentadas a los organizadores. Estoy parafraseando, pero debe haber sido algo así: La gente va a llegar, y tenemos recursos limitados. ¿quieres poner puntos de acceso para asegurar la venta de boletos, o prefieres usar esos recursos para montar los escenarios, donde, ehm.... se supone que los artistas se presenten? Porque no puedes tener ambas. Y decidieron sacrificar los puntos de acceso y favorecer los escenarios, y tenemos que estar de acuerdo porque de otra manera no habría podido llevarse a cabo el evento. Y qué evento, Woodstock se convirtió en un símbolo al que festivales alrededor del mundo siguen aspirando, y el resultado de los 60’s (con todo y hippies) fue una década de los 70’s supercargada de contribuciones a la música en general, solo echen un vistazo a lo que Inglaterra produjo durante esa década. Incluso los vecinos molestos pudieron aprovechar, y siguen aprovechando, la leyenda detrás de Woodstock. ¿Cuántos turistas creen que hayan visitado el lugar a lo largo de los años? Ese es ingreso contante y sonante para los negocios locales para siempre. Acto V: Grabadoras personales Las cintas grabables ya existían desde 1963 gracias a la empresa Danesa Phillips, pero es en los 80s que los avances tecnológicos consolidan la calidad de las cintas, o sea que cualquiera podría grabar una canción de la radio o de la cinta o disco de un amigo con una calidad más que aceptable, y si pueden hacer esto ¿quién va a querer comprar los originales? Esto empeora con la llegada de cintas digitales y discos compactos grabables. Como cualquiera podía grabar sus cintas, hacer “mixtapes” se volvió una práctica ubiqua, cualquiera podía curar una selección personalizada de canciones y le regalaba la cinta o disco compacto a alguien más, era una forma de mostrarSE, algo análogo a… escribir una carta. También eran un recurso promocional. Este es un ejemplo basado holgadamente en una historia real: Digamos que hay una niña a la que le interesa la cultura de la patineta y a quien también le gusta escribir. Ella dirige una operación editorial pequeña escribiendo un zine (si no sabes qué son, solo imagina un precursor análogo a los blogs). Ella podía escribir algunos artículos, u obtener la ayuda de algún amigo y pasar la tarde viendo videos de patinetas y escribiendo en una máquina de escribir mecánica, después ir a una imprenta, imprimir un tiraje limitado del tomo, y venderlo a su círculo cercano de otros aficionados de la patineta. Ahora, la patineta y el punk siempre han orbitado cerca, así que si una banda local de punk estuviera tratando de promover su material nuevo, sería sencillo hacer un mixtape consistente de canciones de punk conocidas de actos establecidos, meter su material en la mezcla, hacer algunas docenas de copias, y negociar con la editora del zine para que incluya la cinta en cada compra de su siguiente tomo, como valor agregado a su producto. Los mixtapes se convirtieron en un arma muy poderosa de promoción para géneros underground a lo largo y ancho del planeta, si te interesa, hay ejemplos bien documentados y fáciles de encontrar sobre cómo la escena del hip-hop los usó para promover sus ideales. Entonces, estos muchachos están copiando y distribuyendo canciones protegidas por derecho de autor, la gente no está pagando por estas copias, entonces la industria musical ya está muerta, ¿correcto? No todavía. Los muchachos se emocionaban de verdad con las bandas desconocidas que escuchaban, iban a sus conciertos, compraban sus discos, seguían haciendo mixtapes y promoviendo estos actos. Los mixtapes eran una herramienta de promoción muy poderosa y orgánica. Se puede argumentar que se hicieron más copias ilegales que las copias originales que se compraron, pero los números oficiales de RIAA muestran que las ventas de formatos físicos pasaron de 3.7 BILLONES de dólares en 1980 a 6.6 BILLONES de dólares en 1989. No está mal. Hoy ya no tenemos mixtapes per-se, pero tenemos playlists personalizadas, que siguen fungiendo propósitos tan personales, tan variados, tan sociales, o tan comerciales, como en su momento lo hicieron esos mixtapes. Acto VI: MP3 La historia completa de la música digital merece un post por sí sola, aquí me enfocaré solo en los hitos. En 1999 unos muchachos hicieron un programa de computadora llamado Napster. Usaba una conexión a Internet para permitir compartir archivos entre sí, esto quiere decir que cualquiera podía buscar y descargar archivos de los discos duros de otras personas. Fue usado principalmente para compartir canciones en formato mp3 ilegalmente. Ese fue el año en que comenzó la caída de venta de discos físicos que a la fecha no se ha podido frenar, y es que ¿quién va a comprar discos si cualquier persona con acceso a Internet puede escuchar virtualmente cualquier canción que desee, sin pagar un centavo? Las disqueras no tenían ni idea de cómo reaccionar, les tomó un tiempo. Hay un anécdota de una junta de ejecutivos de sellos discográficos en la que se les estaba explicando que esta cosa los estaba lastimando, y no eran capaces de entender cómo o por qué, hasta que Hilary Rosen, de RIAA, les preguntó el nombre de su último sencillo, y les mostró que ya estaba disponible en la plataforma, libre para que cualquier persona lo descargara. Una vez que entendieron lo que estaba sucediendo, hicieron todo en su poder para detener a Napster. Napster eventualmente fue sentenciado a cesar operaciones, pero para uno que madruga hay otro que no se duerme, y otros servicios sustitutos surgieron muy pronto. Las disqueras trataron de reunirse, de llegar a un acuerdo para proceder, para atender a estos piratas digitales. Hicieron varios intentos para reunirse pero por una u otra razón (egos, principalmente), los intentos fallaron, y la piratería siguió aumentando. Y por si no fuera suficiente, actos de buen tamaño empezaron a reaccionar por su cuenta: Radiohead lanzó “In rainbows” en línea, y el usuario decidía cuánto pagar. Madonna abandona Warner Bros y firma con Live Nation (¿un promotor de conciertos?..). Nine Inch Nails lanza su primer álbum independiente “Ghosts I-IV” gratis en línea a través de BitTorrent y PirateBay, sitios usados generalmente para obtener música pirata. Pennywise lanza “Reason to believe”, su noveno álbum de estudio, también en línea, también gratis. Jane Siberry fue la pionera del modelo paga-lo-que-desees en 2005, bajo el pseudónimo “Issa.” Las disqueras no pueden ponerse de acuerdo en cómo proceder, cómo usar este formato que no depende en nada físico; actos grandes están evacuando y que se salve quien pueda, la piratería sigue en aumento, la venta de discos sigue en declive…. Entonces, ¿ya está muerta la industria musical? Tenemos una cita textual para ustedes: “La industria reaccionó como si el fin estuviera cerca. ‘[Radiohead ha] devaluado la música, regalándola a cambio de nada.’ Que no es cierto. Le pedimos a la gente que la valorara, que son semánticas diferentes para mí.” Bryce Edge, uno de los managers de Radiohead Aquí entra iTunes. Steve Jobs en Apple, porque era Steve Jobs, estrella internacional de facto, aparte de un gran vendedor, convence a las cinco majors de licenciar sus catálogos a la tienda de iTunes. Su meta, por supuesto, era garantizar contenido suficiente en calidad y cantidad para su iPod. Tomemos un momento para entender la importancia de lo que hizo, porque puso de acuerdo a estos cinco gigantes que no podían ponerse de de acuerdo en nada por sí solos, a que accedieran a su iniciativa: Warner, Universal, BMG, EMI, y notablemente a Sony, que fue el que más resistencia opuso, y obviamente, vamos, Sony también fabrica aparatos electrónicos y sus reproductores portátiles de música, el Walkman y el discman, fueron líderes del mercado durante décadas. El trato era relativamente sencillo: Cada rola se vende en $0.99 usd, Apple se queda con $0.29 y el dueño de los derechos con los otros $0.70. Ahora, Apple es tecnología, y las disqueras seguían en shock por lo acontecido con Napster. Para atender la obvia preocupación de las disqueras sobre la piratería, Apple ofreció una codificación AAC protegida por el sistema Apple FairPlay que limitaba el consumo de los archivos a 3 ordenadores y solo se podía reproducir en iPods. Funcionó, las disqueras ahora podían vender productos digitalmente de forma segura, tanto así que eventualmente fueron las propias disqueras las que solicitaron a Apple eliminar protección para que los archivos comprados en iTunes pudieran ser consumidos en reproductores de otras marcas sin restricciones. Encore / Acto VII: Hoy Hasta aquí podemos hablar de que el proceso para venta de música era relativamente equitativo y transparente, pero hoy existe una solución más práctica y eficiente, pero que también presenta carencias serias. El rey actual de los formatos de consumo de música: el streaming. Pero se sigue hablando de que la industria musical está muerta, solo vayan a twitter y busquen las palabras “music,” “industry,” y “dead” (y, por favor, únanse a la conversación). La cosa es que los tratos a puerta cerrada entre las disqueras y los servicios de streaming están diseñados de tal forma que cada vez que un usuario presiona play a una canción desde su cuenta, el dueño de los derechos obtiene un pago de regalías de una fracción de dólar con al menos dos ceros antes del punto decimal. Es complicado, porque la piratería de música llegó a niveles sin precedente, y hoy el formato de streaming está genuinamente ayudando a mitigarla, y porque escuchar música ilimitada en línea es una solución genuinamente práctica y eficiente para los consumidores, por una cuota fija mensual o a cambio de escuchar ads. Cualquier canción lanzada en cualquier parte está disponible al mismo tiempo para fans en virtualmente todo el mundo, sin latencia. Pero esto viene con el costo de que los dueños de los derechos reciben un ingreso subpar comparado con cualquier otro formato en el que se haya vendido música en el pasado. Y dije “dueños de los derechos”. Los dueños de los derechos generalmente no son los artistas, quienes en un contrato estándar recibirían, vamos a decir, entre el 5 y el 15% de esa cantidad. Es insostenible, es injusto, es ridículo, y es lo que la Industria está promoviendo como el status quo. Las personas que crean el producto que la Industria ofrece al público están recibiendo un pago insuficiente por su trabajo. No todo estaba mal, porque había ingresos por conciertos, pero la crisis mundial por el COVID19 causó que los conciertos fueran de lo primero que se prohibió, y será de lo último en regresar cuando la crisis pase. Entonces, estamos escuchando más música que nunca, pero a los músicos no se les está pagando, y no pueden capitalizar sus otras fuentes de ingresos -- mercancía y tocadas en vivo, y nadie sabe por cuánto tiempo. Es una situación imposible. ¿Entonces es este el fin de la industria musical? ¿Están los bárbaros en la puerta y que el último apague la luz? ¿O es momento de detenernos y cuestionar la forma en que se hacen las cosas y la forma en que estamos ayudando, desde nuestra trinchera respectiva, a esta situación? Cómo podemos ayudar Como consumidor, es razonable pensar que por pagar una cuenta en un servicio de streaming como Spotify ya es hacer lo correcto, ¿pero se han preguntado si hay alternativas? Este es el acto que estamos viviendo, pero, incluso como consumidores, podemos decidir dejar de ser espectadores y asumir nuestro papel, de aprovechar la oportunidad y hacer algo al respecto. Podemos firmar y compartir las peticiones con las que estemos de acuerdo en sitios como que promueven mejoras a las condiciones de los artistas en cualquier sentido. Desde Mayo 2020 está circulando el hashtag #BrokenRecord, que podemos usar para expresar nuestra opinión en redes sociales respecto a las condiciones a las que los músicos están sometidos, o cuando compartamos contenido relevante. Como consumidores tenemos la opción de comparar nuestros proveedores de streaming con base en el pago por stream como indicador clave para decidir a quién ofrecerle nuestro negocio (Fun fact, de los principales servicios de streaming disponibles, Napster, sí, ese Napster es el servicio de streaming que mejor le paga a los artistas, al momento de publicar este post). Interactuar con nuestros artistas favoritos en Bandcamp es otra opción que está teniendo una adopción y resultados muy interesantes,
Entonces, ¿está muerta la industria musical? ¿Ustedes qué opinan? AutorLuis Garza es el líder de planeación estratégica en Estratagema Records. El Cuerpo de Conocimiento de Administración de Proyectos (Project Management Body of Knowledge, PMBOK) es un conjunto de terminología y guías estándar para administrar proyectos. Dentro de sus definiciones clave, esta es su definición de lo que es un proyecto: Un proyecto es un esfuerzo temporal emprendido para crear un producto, servicio o resultado único.” Usando su definición, es viable asegurar que todas las canciones son producto de un proyecto. Elaboremos: Todos los esfuerzos involucrados durante la producción son temporales, porque comienzan un día -- tal vez con una idea simple que se captura, trabaja, y evoluciona --, y que termina cuando el master es aceptado y el producto está listo para su lanzamiento. Otro final típico para una canción sucede cuando se decide parar y dejarla caer al limbo de las canciones, junto a todas las demás canciones que nunca vieron la luz del día. En cualquiera de los casos, tiene un principio y un fin, así que esfuerzo temporal, listo. Ahora, único: No importa cuánto te esfuerces, la canción es única porque la gente, los factores ambientales, y las configuraciones técnicas nunca han sucedido en esta forma en particular y en este orden en particular, y todo proceso creativo conlleva sus propios retos. Pregúntale a cualquier productor, no hay toma exactamente igual a otra, jamás. Como administrador profesional de proyectos, he estado involucrado en proyectos en dos industrias que están sacando ventaja constantemente de las herramientas y técnicas de la administración profesional de proyectos como medio para acercarse al éxito: Tecnologías de Información (TI), y Construcción. Estas industrias integraron la administración de proyectos a su status quo, creando infraestructuras (governance) alrededor de metodologías hechas a la medida. TI y Construcción atacan la administración de procesos de forma holística, porque entienden que sus productos son el resultado de proyectos (vs. una línea de producción, en la que todos los resultados son virtualmente iguales). Si los productos de la industria musical también son en su mayoría el resultado de proyectos, cosa que ya establecimos, ¿por qué no encontramos a personas evangelizando el administrar profesionalmente proyectos? Creo que todo se resume en que no es sexy. Ladrillos, cemento, planes arquitectónicos, y platicar de temas medio geeks mientras se ingieren cantidades industriales de cafeína no es un escenario atractivo para la mayoría de las personas fuera de estas industrias, o para personas en industrias culturales o creativas. La música es sexy, con su actitud de rock n’ roll a lo largo y ancho de la industria, capturada en esa cita de “Casi Famosos”, la película de James Cameron: Perdón, pero ¿no nos metimos en esto para evitar la responsabilidad?” La “administración” de proyectos suena muy diatónico a “responsabilidad”... La cuestión es que la administración profesional de proyectos ofrece beneficios serios, y una vez que se entienden, su atractivo puede mejorar:
Ahora, la administración de proyectos sucede en todos los proyectos, sin importar nuestra postura, entendimiento o ignorancia al respecto. Estos son algunos ejemplos históricos de proyectos que ofrece el PMBOK6:
No estoy diciendo que los Egipcios se sentaron a desarrollar un WBS, una matriz de riesgos, o que calcularon sus Índices de Desempeño de costos o del Cronograma basándose en la reunión de avance semanal. Lo que sí estoy diciendo es que usaron las herramientas, conocimientos y técnicas disponibles para cerrar la brecha entre idea y éxito, y es algo que cualquiera puede hacer, en realidad. De esta forma, porque todas las canciones son el resultado de un proyecto, el conocimiento, habilidades, herramientas y técnicas involucradas en su creación fueron administradas de alguna forma. Hubo un presupuesto, horarios, tiempos, límites, interesados, y seguramente una plétora de cosas divertidas que requirieron ser atendidas durante los procesos involucrados. De acuerdo, la administración profesional de proyectos puede sonar tenebroso, o aburrido, o puede ser percibido como trabajo adicional a acumular con todas esas otras actividades que no quieres hacer porque lo que quieres es escribir y presentar tu increíble música, pero usando las palabras de Rick Rubin, “puedes pagarlo, y puede que ayude. ¿Qué tienes que perder en realidad?” AutorLuis Garza es el líder de planeación estratégica en Estratagema Records. |
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